10 cosas que no te enseñan en la Carrera de Diseño

Michael Bierut reproduce en DesignObserver un artículo de The Architect’s Newspaper escrito originalmente por Michael McDonough titulado «Las 10 cosas que nunca me enseñaron al estudiar Diseño«. Pongo aquí una versión traducida por mí. La recopilación es interesante porque los pensamientos aplican a todo tipo de trabajo creativo. No sólo a arquitectura sino a diseño gráfico, programación, web e incluso a manejo de proyectos en empresas. Sugerencias y comentarios… a los comentarios. Artículo completo despues del salto.

  1. El talento es sólo un tercio de la ecuación
  2. El 95% de cualquier trabajo creativo es aburrido y tedioso
  3. Si todo es igual de importante nada lo es
  4. No le des demasiadas vueltas a un problema
  5. Empieza con lo que sabes y elimina lo que no
  6. No olvides cuál es la meta
  7. El exceso de confianza lleva a callejones sin salida
  8. El camino al infierno esta pavimentado de buenas intenciones o Ninguna buena acción se queda sin castigo.
  9. Al final lo que importa son los entregables
  10. El resto del mundo también cuenta

  1. El talento es sólo un tercio de la ecuación
    El talento es importante en cualquier profesión pero no es nunca una garantía de éxito. El trabajo duro y la suerte son igual de importantes. El trabajo duro conlleva auto-disciplina y sacrificio y la suerte provoca, entre otras cosas, acceso al poder (ya sean contactos sociales, dinero o tiempo). De hecho, aunque no tengas mucho talento aún así puedes triunfar enfatizando los otros dos. Si piensas que esto no es cierto sólo tienes que ver a tu alrededor.
  2. El 95% de cualquier trabajo creativo es aburrido y tedioso
    Sólo el 5% es realmente, visto de una forma simplista, divertido. Esto en contraste con el mayor foco durante los estudios, que es la diversión. Tic-Tac. En la vida real la mayor parte del tiempo de gasta en burocracia, bocetos aburridos, buscar antecedentes, negociaciones, vendiendo, ahorrando, pagando impuestos y más por el estilo. Si no aprendes a amar también las partes aburridas, insultantes y estúpidas de tu profesión y a hacerlas con la misma diligencia y cuidado nunca avanzarás.
  3. Si todo es igual de importante nada lo es
    Se suele escuchar mucho sobre los detalles, desde «La perfección está en los detalles» a «No te preocupes por los detalles». Ambas frases son ciertas, gracias a un importante corolario: Jerarquía. Debes decidir qué es importante y atenderlo antes que cualquier otra cosa. Todo es importante, si; pero no todo es igual de importante.
  4. No le des demasiadas vueltas a un problema
    Una vez, estudiando, el gran Steven Izenour me dijo, después de llevar sólo una semana en un problema planeado para diez semanas: «Bien, ya lo has resuelto. Ahora dibújalo«. Todos los críticos que había tenido hasta entonces intentaba complicar y prolongar los problemas cuando, en realidad, ya estaban resueltos. Los diseñadores son obsesivos por naturaleza y esto fue una revelación. Algunas veces lo logras inmediatamente. Has terminado. Continúa con lo que siga.
  5. Empieza con lo que sabes y elimina lo que no
    En diseño esto significa «Dibuja lo que sabes». Empieza poniendo lo que conoces y entiendes. Si haces una silla, por ejemplo, sabes que los humanos suelen tener una altura predecible. La altura de la silla, el ángulo de reclinación y la capacidad de carga pueden aproximarse, así que ponlos. La mayoría de los estudiantes entran en pánico cuando se enfrentan a algo que no conocen o no pueden controlar. Ólvidalo y empieza por el principio. En Zen esto se expresa como «Está donde debes estar»… Y funciona.
  6. No olvides cuál es la meta
    Definición de un fanático: Alguien que redobla sus esfuerzos después de olvidarse de su meta. Los estudiantes y diseñadores jóvenes con frecuencia se enfrentan a un problema con originalidad e inteligencia y lo empiezan a dejar escapar en medio de confusión, miedo y esfuerzos perdidos. Se olvidan de su objetivo y van haciendo otros nuevos en el camino. Cuando se tienen pensamientos originales es como un regalo de los dioses y los artistas lo saben: «Aprovecha el momento», dicen, «hónralo». Escribe tu idea en un pedazo de papel y pégalo frente a tí para mantenerlo presente.
  7. El exceso de confianza lleva a callejones sin salida
    Tener demasiada confianza es casi tan malo como no tener ninguna. Sé humilde al atacar los problemas y aprende a reconocer y aceptar tu ignorancia. Después trabaja con diligencia para educarte contra ella. Haz preguntas. El Poder -el Poder de crear cosas e imponérlas al mundo- es un privilegio. No lo abuses ni subestimes su dificultad o volverá para atacarte por la espalda. La Gran Rueda Kármica, aunque lento, siempre gira.
  8. El camino al infierno esta pavimentado de buenas intenciones o Ninguna buena acción se queda sin castigo.
    El mundo no está predispuesto para facilitar lo bueno de la misma forma que no lo está para provocar lo malo. No depende de la innovación o la brillantez porque si lo hiciera todo el sistema seria impredecible. Requiere de promedios y previsibilidad; por lo que las buenas acciones y las ideas brillantes chocan con el contrato social casi por definición: Serán cuestionadas y requerirán en esfuerzos enormes para triunfar. La mayoría no lo logran así que prepárate para trabajar duro, para fallar unas cuantas veces y para ser rechazado. Nuestro trabajo es como las artes marciales o la estrategia militar: «Nunca subestimes a tu oponente«. Y si crees en la excelencia tu oponente será prácticamente todo el mundo.
  9. Al final lo que importa son los entregables
    No importa que tan fabuloso sea tu diseño, ni que que tan brillante un ensayo. No importa que tan excelente sea tu «lo que sea«, si no puedes producir a tiempo, distribuirlo y hacerlo conocido básicamente no existe. Oriéntate a producir resultados. Programar resultados. Resultados, resultados, resultados: Dános resultados.
  10. El resto del mundo también cuenta
    Si esperas lograr algo tarde o temprano, pero inevitablemente, necesitarás a toda la gente que odiaste en tu vida. Una vez asistí a un prestigioso instituto donde la idea era «Si estás aquí eres tan importante que el resto del mundo no importa«. No conozco a ninguna persona de ese instituto que haya sido realmente exitosa fuera de él. De hecho la mayoría se han vuelto el mismo tipo de jefes mediocres y personajes que tanto odiaban de estudiantes. Un traje no te hace un genio. No importa que tan bien sea tu diseño, alguien tiene que construirlo o fabricarlo. Alguien tiene que asegurar que se produzca. Alguien tiene que comprarlo. Respeta a esas personas. Las necesitas. Mucho.

2 comments

  1. Je je, hay que joderse con los «creativos». Aunque no viene a cuento, doy por volcado mi odio e indignación con el colectivo. Coño!

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